martes, 28 de marzo de 2017

En busca de la creatividad perdida



Despertar la creatividad es algo muy importante en la vida del docente, ya que además de la motivación, la creatividad es lo más importante para que los alumnos desarrollen un correcto aprendizaje. Para ello propongo algunas claves que pueden resultar de interés a los educadores convencidos de que sin creatividad no es posible el progreso. Como dice Ken Robinson (2015), todos nacemos con grandes talentos naturales, pero después de pasar por la escuela, muchos pierden esas cualidades.



1. Reconocer es recrear. La creatividad no se enseña como si se tratara de un contenido curricular, sino que debemos reconocerla en sus diversas manifestaciones. Dejar que aflore y valorarla ante los demás. Cuando reconocemos ideas, actitudes o conductas creativas estamos potenciándola. Por eso, la estrategia más efectiva para desarrollar la creatividad en el aula es compartirla con los demás. Es la regla de oro del docente creativo: cuando reconocemos algo bueno en el alumno, este se transforma interiormente y crece como persona.


2. Propiciar un clima apropiado para la creatividad. De igual modo que las plantas precisan de nutrientes y de un ambiente adecuado para crecer, la creatividad, precisa de un entorno propicio para arraigar y desarrollarse. Para ello, el profesorado estimular la libre expresión. Cuando creamos un clima de confianza, de libre expresión y respeto a las propuestas de los alumnos, estamos creando el ambiente más rico para que arraigue la creatividad.


3. Identificar y estimular potenciales. En todo niño y estudiante existe un talento especial. Talentos que van más allá de lo que representa el currículo escolar. Tenemos condiciones para aprender cualquier lengua del mundo, pero aquellas funciones y sonidos que no utilizamos en los tres primeros años, el cerebro interpreta que no los precisamos y los elimina por economía. Es lo que se llama la “poda neuronal o sináptica”. De ese modo, el profesorado puede favorecer o anular los talentos naturales, identificándolos o ignorándolos. La escuela tradicional mata la creatividad; la innovadora, la promueve.


4. Valorar lo que les apasiona y descubrir el genio que llevan dentro. El resorte que remueve los talentos y la creatividad es la pasión, el entusiasmo, la emoción. Esto vale tanto para los maestros como para los alumnos. Descubre lo que les apasiona a tus alumnos, cree en ellos, en sus aspiraciones, ilusiones y preferencias. Facilítales que lo expresen y compartan con los otros y habrás indicado el camino para que cada uno encuentre su elemento. Cree en el talento de un niño o adolescente y conseguirás que este emerja hasta niveles inesperados.

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